martes, agosto 25, 2009

Un día.

Muchos días me despierto por la mañana y me pesan los rayos del sol.

La caminata hasta el baño, es como un triathlon de montaña y meter el tazón de leche en el microondas es como hacer pesas sin calentamiento. La gata me persigue para que le de los buenos días, me siento a orinar y entre legaña y legaña la veo, sentada a mis pies con un maullido entre dientes, puro mimo!. La leche ya está caliente, ha sonado la campanita, me lavo, y voy, un poco más despierta, a prepararme el café con leche. Hoy no me apetecen galletas, lo tomaré solo. Pongo la radio de los éxitos en el pequeño transistor de la cocina, canto mientras bebo... Le pongo la comida al conejo y la cobaya en su jaula, un tomate picado y medio pepino, hoy también unas hojas de col. La gata me mira, ¿y yo?. No tú no, tienes pienso todavía en el comedero. Alex se levanta, siempre se le pegan las sábanas. Se lava y en un periquete está vestido para ir a la carpintería. Me da un beso y adios, yo todavía con el café con leche. He terminado, voy al dormitorio, hago la cama y escojo el modelito de hoy. Hace calor. Me visto y regreso al baño, me lavo los dientes y me maquillo. Toda la casa en orden, cojo mi bolso y cierro la puerta.

Son las 14:20 llego a casa de nuevo. ¡Mierda! ayer no preparamos nada de comer para hoy, pero sirve cualquier cosa. Esta tarde no me toca trabajar, esperaré por Alex, que es el amo de los fogones. Mientras, paso la aspiradora por la casa. Llega, nos besamos y preparamos unas pizzas, ponemos la televisión digital y nos embotamos de series médicas americanas. Fregar la loza, recoger la cocina y nos quedamos dormidos... Son las 17:30 reviso mis correos, cojo el ipod y me pongo a leer. A las 20:00 toca piscina, ejercicio.

A las 21:30 de nuevo a casa, nuestro rincón: el sofá y la media luz de la lampara de pié. Primero una buena ducha, el agua y el gel de vainilla por la espalda. Es verano, la ventana abierta y las estrellas nos saludan. Un sandwich despide el día. Voy a preparar la cama, me gusta que esté fría... Uf!!! demasiado, cogeré unos calcetines finos... De nuevo mi libro, él se queda viendo la tele. Me extraña, viene a la cama. ¿Quieres la nintendo que está en el cajón?. No, dice, te quiero a tí.

Momento Maitena