jueves, noviembre 05, 2009

Tiempo de cerezas

Abres la boca para respirar hondo, pero sólo entran moscas... Pierdes el hilo de lo que escuchas, sólo se oyen moscas y el zumbido te desespera. Las mantas te dan calor, al principio arropaban pero ahora te aturden mientras notas las gotas de sudor bajar por la garganta. Sudor por dentro, sudor por fuera. ¿Queres llorar?, que vá... olvídalo porque no puedes. Ya no te quedan lágrimas, las derramaste todas no hace mucho, ya te llegarán, ellas siempre vuelven.

Moverte entre las arrugas de la franela te desconcierta, te hiere los poros de la piel y los del alma que son más sensibles y se abren ante lo imperceptible. Estira los brazos, las piernas, el cuello, los pies y las manos... y grita. Ahora todo se abre, se rompe y la luz entra, una bocanada de aire casi te ahoga, tanto en tan poco tiempo... ¿cómo?. Quizás esperaba el segundo perfecto, el tiempo de las cerezas... el que brilla y todo lo sabe. El tiempo nuestro, en el que conseguimos por fin lo que queremos, las cerezas se abren y su rojo dulzor llena la boca mientras giras sobre tí misma.

El aire te da de frente y una libélula se acerca y te besa la cara...

3 comentarios:

  1. Siempre estamos esperando el momento perfecto, demasiado ansiosos a veces como para enterarnos que ya llego, y la felicidad pasa rauda frente a nuestros ojos. Tu lo resumes muy bien te felicito. Saludos Sinceros.

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  2. Quizás mi momento perfecto sea el AHORA, aquel tiempo, mientras lo vivo, del que soy plenamente consciente.

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  3. Lupe,

    el ahora es importante según los ojos que lo miren. Para nosotras el ahora es el todo, y de ello pende nuestra fuerza vital y nuestro futuro...

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